SI NO FUERAMOS NOSOTROS.

Llegaste de tus dunas del Sur a mi caótico Madrid, aquí levemente  te llegué a conocer, pues aunque quise apenas lo hice, e inexorablemente el tiempo ya me lo impide.

Pasaste por mi locura y mi vida como un suspiro pasa por lo que pudo haber sido, si no fueramos nosotros, y si una chispa de amor se hubiera convertido en una llama de pasión y dulzura.

Ya jamás volveré a ver tu sonrisa, rara vez escucharé el gracioso acento que tiene tu boca, cuyos labios besarán los labios de otro, que nunca seré yo, puesto que tu no tendrías que ser tu, tendrías que ser otra.

Me enseñaste muy poco, pero gracias a ti aprendí mucho. Conocí que puedo volver a aposentar por una mujer un bello y sincero sentimiento, después de todas mis aventuras desastrosas, pues ahora que de esta ciudad te marchas, puedes saber lo que no sé si para ti sería un secreto, si es que consiguió engañarte mi alma.

Espero que disfrutes del latido de tu corazón, allá donde te guíe tu senda, el mío se queda más solo que nunca en Madrid, siguiendo su rumbo de sacrificio y de tristeza. Me queda al menos la melancolía de tu recuerdo, y de lo que nunca llegó a ser, pues deberíamos ser otros distintos, porque ni tu ni yo nos quisimos quizá querer.

(A Raquel Vique, en su despedida).

Escrito el 31/01/2014.

MI ABUELA Y LA MÚSICA.

La amada anciana que se encuentra en esta fría tarde a mi lado, en la humilde biblioteca de este madrileño centro geriátrico, parece tranquila y deleita su oído con antiguas canciones, las cuales escucha con atención, pues es una música que proviene de aquella lejana edad en la que joven se sentía.

En esta sala hay colgados unos cuadros de color ocre, lirios y tulipanes decorando toda la estancia, y en un lateral hay una ventana que da dirección norte, a través de la que se vislumbra un jardín esperando su despertar a la mañana próxima. También se encuentra un reloj del que parecen retroceder las manijas, ya que sus palabras sólo al pasado una y otra vez retornan, en él recuerda la rígida figura de su padre, y como conseguía que las campanas de una antigua iglesia resonasen por la aridez de la campiña. Dice que un buen día aquel hombre se quedó dormido, postrado en su lecho de sábanas raídas, y pienso que seguramente ella le acompañará pronto en ese largo viaje, pues la naturaleza jamás a nadie le perdona.

A sus noventa y cuatro agostos todos saben, que ya está muy cerca la guadaña con ese corte que le abrirá las puertas del cielo, así la muerte la tenderá al fin con dulzura los brazos, para recoger su cuerpo en su seno, manteniéndolo con su agradable calor eternamente.

Aquí está, en una silla con ruedas su porte permanece erguido, tiene el pelo cano y su dedo se asemeja a una porra, un rosario blanco que le regalé está aposentado sobre su pecho, y una cadena de plata con la Virgen del Sagrario la lleva pendida de su cansado cuello, aún conserva el anillo de ese amor que se halla ausente, y por terminar, las arrugas que surcan su rostro, la barbilla cada vez más hundida y su voz que en este momento se puede oír debilitada, revelan unos años, en los que la experiencia suele esconderse haciéndo perder con frecuencia la cabeza a cualquiera, y desestabilizando a menudo el ánimo y la mente.

Sin más que reflejar en este texto, esta es hoy mi abuela, en una tarde de finales de enero, en la que tengo la esperanza e ilusión de que si próximamente llegase su hora, lo haga sin dolor ni ninguna cruel pena.

Deseando poder verla en otro cercano atardecer, antes de que su alma deje atrás la mundanal existencia, y también que mis ojos puedan contemplar hasta mi vejez, toda la felicidad que se puede encontrar en esta vida, y que en este momento la puedo observar en ella, cuando tararea una antigua canción y siente con sincera pasión toda su musical belleza.

Escrito el 30/01/2014

CARTA A LA CLINICA MARAÑÓN.

Aranjuez, a 29/01/2014.

En esta noche desapacible en la que no puedo conciliar el sueño, en la que el llanto y la pena me invade, he tenido la necesidad de daros mi gratitud a vosotros, los dos miembros de la clínica Marañón. Por vuestro trato durante todos estos años, por el amor que brindáis a todos los animales, y por el aprecio que mostrasteis a mis dos mejores amigos, Tizón y Niko, que aunque por distintas circunstancias, tuvieron igual destino.

Con los dos estuve hasta el final, hasta el último suspiro de Tizón, y el cerrar de los ojos de Niko, y ambos me han dejado un gran vacío. Pero me quedo con el amor que me dieron, con sus saludos ladrando y moviendo el rabo al regresar día tras día a mi hogar, con sus lametazos para que me despertara, y con el genio de Tizón y la bondad de Niko.

No obstante es inevitable durante un tiempo permanecer triste, hoy me falta la cabeza de Niko apoyada en mi hombro mientras duermo, y es como si faltase una parte de mi. Yo no seré el mismo después de haberlos tenido, pues me enseñaron tanto…

A pesar de que según dicen ellos no tienen sentimientos, de lo que científicamente me cuesta creer, los que provocaron en mi corazón fueron tan intensos y bellos que me han cambiado para siempre.

No puedo decir más, excepto repetiros mis gracias. Aquí tenéis a alguien que os aprecia, a pesar de que no creo que vuelva a acoger a otro compañero.

Para finalizar, querría expresar tan sólo el razonamiento de que ojalá todas las personas solitarias como yo lo hicieran, puesto que su compañía aún en su ausencia,  me ha llenado el alma.

Escrito la noche del 29/01/2014.

LO TUVE QUE HACER.

Hoy maté a mi mejor amigo.

Los raíles me conducían a su lado en este día gris, el viento agitaba las ramas de unos árboles desnudos, y las golondrinas parecían ausentarse del campo, mientras, el tren que me trasladaba circulaba raudo a través de un puente pintado del color de la esperanza, aunque hoy con crueldad, su susurro de acero quiso mentirme.

Al llegar a mi hogar, llamé al timbre para comprobar si escuchaba el alegre ladrido de Niko, pero el profundo silencio hallado me sobrecogió el pecho, el mismo que ahora anida en mi alma por su duelo.

Él se encontraba tumbado, sin apenas emitir ningún movimiento. Su rabo quieto, el hocico hinchado y mis padres aguantando un llanto de desconsuelo, hundidos mientras yo caía cada vez más rápido en un abismo de dolor.

Ya en el veterinario, la espera de algo que era inevitable, el reloj transcurría con lentitud, pero el tiempo pasaba deprisa. Él sabía que le esperaba la muerte, y yo únicamente podía brindarle mis caricias, mis besos, sosteniendo su cuerpo en mi regazo, aguantando unas lágrimas que sin querer brotaban de mi rostro, él permanecía tranquilo, sosegado, aguardando a que le calmaran el dolor que ahora tenía.

Un maldito cáncer había dicho que aquél debía ser su fin, y yo asentí, como el emperador que en los juegos baja el pulgar sentenciando al guerrero. Permití que le pusieran un elixir que atrae a Morfeo, de tal intensidad, que de este dulce sueño jamás retornará.

Nikomedes, sólo deseo pedirte, que me concedas tu perdón, por quitarte la vida, pues no quería ver tu sufrimiento. Me quedé contigo hasta el mismo momento en que tu latido te dio la espalda, abandonándote, y me enorgullezco patéticamente de haberte dado ese último beso antes del leve suspiro que te alejó definitivamente de lo que es existir. Eso, te juro, es lo único que pude hacer por ti.

Y quizá esto sea una porquería de texto, pero era lo que en este momento necesitaba plasmar, pues un amargo ácido me corroe las entrañas, y el veneno de la tristeza recorre mis venas.

Hoy no quiero nada bello, no deseo ningún tipo de elogio, puesto que te fuiste, no quiero que mis oídos escuchen aplausos.

Hoy maté a mi mejor amigo, y esto es lo más sincero que nunca he escrito.

(Dedicado a Nikomedes en el día de su sacrificio)

Escrito el 28/01/2014.

 

ENTRE TODAS.

Tan veterano en esta solitaria vida,
como en los asuntos que atañen al corazón.

Tan incierta la senda que sus pasos guía
como el éxito de esta desnuda canción,
a la que le falta una hermosa melodía,
aunque eso está en manos de diferente inspiración.

En una ausencia de un noble sentimiento,
no se debe pensar,
pues cuando a veces su gruñido lanza al viento,
es porque le invade un gran pesar.

Una profunda nostalgia de las amantes que se fueron,
de las que sólo se tiene que expresar,
que las guardará en un olvidadizo recuerdo,
mientras marque las horas el reloj de su eternidad.

Y es que con una dama morena sintió por primera vez la lujuria,
y una bella pelirroja le mostró con sinceridad lo que es el amor.
Pero de entre todas se queda con la imponente rubia,
que le adiestró en los secretos de la pasión.

Siendo él tan veterano en esta solitaria vida,
como en los asuntos que atañen al corazón.

Dedicado a Pablo Rodríguez.

Escrito el 27/01/2014.

EL MUGRIENTO CONTRATO

Aquella no era una casa cualquiera

era la vivienda de un auténtico gorrino,

pues no es que fuese sucia, sino que más bien era pordiosera.

En una pared había olvidada una compresa

incrustada al lado de un ronchón oscuro,

y el moho crecía en el lavabo y en la despensa.

El suelo estaba pegajoso y levantado,

y aquel baño era un verdadero estercolero,

en el que logré ver mi rostro horrorizado

en un espejo que no es que tuviera mugre,

sino habitantes nocivos transitando,

pues todo en él era cutre.

Hasta las vistas a un descampado,

en donde las flores seguro se pudren

gracias al olor allí aposentado.

Total, que con el dueño marrano,

sin saber aún muy bien el porqué

firmé un contrato, y dándole mi mano,

en la que al cabo apareció la sarna,

me quedé con aquel aposento no sólo insano,

sino pequeño y en ruinas,

que además parecía de oro al costar tan caro.

Pero todo lo haré por vivir aquí,

en la ciudad más contaminada de España,

cuyo nombre es Madrid,

pues es en donde se halla mi sentimiento y mi alma.

Y es que si no fuese por mi amor a esta ciudad,

mudarme a este hogar sería un desconsuelo,

mas en ella sólo es felicidad,

a pesar de este frio invierno,

que sin calefacción, me entumece los miembros con su hielo.

 

A PABLO RODRÍGUEZ.

 

Escrito el 25/01/2014.

LA ESPERA.

Quisiera alcanzar aquella ideal belleza.
La de los excelsos literatos,
la que por las noches tus sueños vela.
Y es que deseo encontrarte algún día,
en una inspiración convertida en letra,
en unos ojos que con su embrujo me cautiven,
o allá donde el azar quiera.

Quizá te halle bajo el ardiente sol,
o detrás de aquella luna llena.
Entre las ramas de ese árbol sin hojas,
o en el canto melancólico de una Sirena.

Mientras tanto camino raudo,
por esta vida que es ante todo espera.

Espera de un auténtico amor,
de aquella ideal belleza.

Escrito el 24/01/2014.

CORRECCIÓN DE MIS POEMAS POR PARTE DEL PROFESORADO DEL IVCH.

LOS CAMINOS DE MI TIERRA
Amanecí en este mundo,
buscando hacer poesía.
Mas fui llanto vagabundo,
por una ciudad sombría,
que el latido entristecía.
Hallé emoción y aventura
en las páginas abiertas,
llamadas literatura,
donde vi palabras ciertas.
Mi alma, ante ellas, se  cura
de la herida dolorosa
y ostentó su gallardía,
al atesorar su huida.
Falsedad y cobardía
hallé en todas mis partidas,
ya que la gente cruel
habló insensatamente.
Sus duras palabras yerran,
pues solo sabe mi mente
los caminos de mi tierra.
ÚNICAMENTE AHÍ.
Yo plasmaré la luna y la belleza,
turbado el sol verá mi alma desnuda,
me diste firme y con total destreza,
un dulce beso de talento y duda.
Siempre fui fiel y honesto deseé,
con mi razón y debil corazón,
tener mi rumbo en tí y así creer
con dolor verdadero y con pasión.
Ya que  te vi a ti ser la esperanza
para cambiar mi hostil y oscuro mundo,
con risa y ritmo  escucho  esa danza 
con que pide mi verso sin premura,
que no dejes mi pecho vagabundo:
dame, ¡Musa! el placer de la escritura.
Fecha 23/01/2014.
Mi agradecimiento a ellos por sus enseñanzas.

EL VIAJE A PARÍS.

Nos subimos al tren que conduce a París. Ella, mi ahora único amor en ausencia de aquel otro al cual ame, que sin embargo lo continúa impregnando todo con el sabor melancólico de lo que ya no está, y yo.

Los rieles nos conducen a través de la noche, y la luna es testigo de nuestro mutuo cariño, con su mano acariciando suavemente la mía, y su cabeza apoyándose en mi brazo hasta que poco a poco se aproxima Morfeo para ayudarme a acunarla con el vaivén del tren.

Noto cómo mi pecho late de forma diferente a como lo hacía antaño, cuando la otra, que era la viva imagen de ésta, caminaba a mi lado. Amores distintos, el sentido por ti, que en este momento intentas recoger con tu débil cuerpo la maleta, y el que sentía por aquella que se fue hacia otro destino, del que no retornará a mis anhelantes brazos.

En la estación, ya al amanecer, llamamos a un taxi. Te observo, pareces llena de emoción, lo confirmo al ver tu cuerpo temblar cuando pasamos al lado del Sena que fluye llevándose cierta pesadumbre de mi alma, y cuando vislumbramos en la lejanía la Torre Eiffel, te veo como a esa alegría que me insta a seguir con vida.

Le digo al conductor que se dirija directamente a Montmartre, porque sé que es tu ilusión después de que yo te rememorase aquella historia tantas veces, de hecho, ese fue el motivo de que me insistieras en venir aquí, a pesar de que aquel bello recuerdo hoy me deja amargo el paladar y triste el sentimiento.

Ya allí, vas corriendo de un lado para otro, contemplando las obras de arte y a sus artistas, a los cuales sonríes, devolviéndote ellos la sonrisa y alguna caricia.

Entonces me miras con ojos vivaces, y tu felicidad comprendo que es la mía, al igual que por fin entiendo porqué mi hija me trajo hasta aquí, pues la ausencia de su madre se estaba convirtiendo en la mía.

En ese instante la abrazo, recorriendo lágrimas mi rostro, y de su boca sale tan sólo un ligero y emocionado, gracias por volver.

Escrito el 22/01/2014.

A ESA BELLA FLOR.

No me digas que no buscas amor, al pretender que te besen otros labios. No intentes así evitarme el dolor, pues no me queda ni paciencia ni humor, para aguantar más burdas mentiras, mientras esperas compartir con otros tu sudor.

Te ruego que desde un principio me trates de forma cruel, que no contestes nunca a mis amables mensajes, y que tu frígido latir sea hacia otro amante infiel.

Pero si esperas de mi habla un «te quiero», dímelo directamente a la cara, brindándome así un sentimiento que me conmueva, al parecerme verdadero. Y si sólo deseas mi cuerpo, no me digas que buscas amistad, susurra a mi oído que acostarte conmigo es tu deseo, así seguramente lo conseguirás por aposentar esa sinceridad.

Puesto que me encuentro de gente falsa cansado, que dice siempre «cuánto te quiero» sin medir nunca sus palabras. Tan sólo anhelo pasear con alguien consecuente a mi lado.

Y vivir sin temor a esa mentira, que se escapa de tantos labios, que llena mi mente de ira. Rechazo así medias tintas, pidiendo un respeto a mi pluma, que no pretende por ti en vano gastar su tinta.

No deseo más muñecas de risas traviesas, que juegan un rato contigo si están aburridas, para al final expresarte injustamente, que ya no les interesas.

Únicamente quiero a esa bella flor, que a mis caricias y atenciones corresponda, porque para esa hasta ahora ilusoria mujer, será por completo mi alma.

Y si poseo por mi circunstancia una maldición, prefiero la soledad de mi corazón austero, que una esperanza futura e irreal de pasión.

Ya que todo lo relatado de un honesto sentimiento lo deseo. Le daré mi corazón a esa bella flor, que muestre aquello que quiero.

Escrito el 19/01/2014.

SOY.

No pienses que soy Poeta, ni pensador ni escribiente. Sí una persona que en este momento escribe, que a veces se expresa con una afortunada rima, y que pretende buscar el saber y el comprender, pero que ignorante se ve y se entiende.

No aposento la esperanza del siempre traicionero éxito, ni temo al fracaso. Mas si el éxito llegase, le abriría mis brazos con cautela, y si el fracaso retornase, mi corazón ya no sufriría ningún desengaño, porque su amargo sabor todavía en mi paladar se hospeda.

No pienses que aunque te odie, no te amo intensamente. Que a pesar de que muchos de mis textos sean tristes, no siente alegría con su melancolía mi pecho. Puesto que aunque como un apesadumbrado y oscuro personaje me veas, la felicidad por esta vida, no lo dudes, llama todos los días a mi puerta entreabierta.

Y ten en cuenta que todo lo hecho por mi está hecho por bondad, y que si de maldad es mi imagen, únicamente podrá ser porque me mantengo fiel a mis rígidos principios, que son de honestidad salvaje, a pesar de ser a menudo como un propio perjuicio sufrido.

No me digas a mi cara, ni espetes a mi espalda, que soy un hombre brillante. Tampoco subestimes mi talento. Trátame con prudencia, porque por mi camino voy dando pasos lentos, pero hasta este instante bastante certeros.

Ya que soy un alma libre, que no se obsesiona por el vil dinero. Que intenta sobrevivir por medio de su duro trabajo, y que tiene la esperanza de labrarse en lo que ama un porvenir, para hallar plenitud, pretendiendo al recorrer este ascendente rumbo ser hacia si mismo sincero.

Sin más que decir, con humildad me presento, pues soy un ciudadano de este mundo, que no ostenta ni patria ni por lo perdido del pasado ningún lamento. Que no tiene destinado un sitio en donde pueda dejarse caer, cuando se encuentren cansados sus huesos.

También soy un vagabundo, con haraposa vestimenta, que intentó emular el arte de un gran Poeta, deseando expresarse con una voz propia mientras esté en esta tierra.

Y finalmente soy el que escribe estas líneas, y el que despierto sueña. El que con su mente dispersa habita en bellos y lejanos mundos, y el que su pluma ahora hasta otro momento deja.

Escrito el 18/01/2014.

 

15/01/2014.

Hoy no es un día especial, tampoco ha salido el brillante sol por los edificios que se hallan al Este. Más bien es un día bastante feo, en el que hace frío y sopla hostil el viento.

El paseo guía mis torpes pasos, hacia nuestro ingrato trabajo, y el camino que recorro se encuentra, gris y solitario. No pensaba en ningún oscuro ocaso, no sentía esa usual zozobra que a veces atenaza mi cuerpo, y no existía ningún vaivén ambivalente, en mi huidizo e incomprendido sentimiento. Mas aquella sensación de paz, aquel sosiego que parecía eterno, era como siempre ficticio, ya que toda esta vida es y será un juego.

Yo en ella finjo que escribo, lo que en realidad trae hacia mi oído la brisa, otros hacen de todo su empeño, conseguir un vil dinero. Recapacito en este momento, sin entender muy bien el porqué, en que todos caeremos muertos, ya sea en camposanto, o cuando alguien querido brinde nuestro polvo al azul del cielo.

En tales asuntos mi mente meditaba, cuando como cada mañana pasé a saludarte. Pero tu hoy no eras tu, eras un hombre que se encontraba ausente, que contenía un apesadumbrado llanto, pues en tu melancólico verbo, vi a tu alma desnudarse.

Un ser por ti amado, que se acercaba a sus cien primaveras, puede que mañana no vea, un nuevo amanecer ni su canto.

Me hablas de su dura batalla, contra el corte de la guadaña, de su vano intento, pues no era el posible paraíso aún su deseo. Ello hace que yo me sienta, como un insecto ridículo y pequeño, porque sin llegarlo a conseguir, alguna vez en mi historia preferí largarme antes de tiempo.

En sus últimos quince años, halló un amor de mujer sincero, que a ti en confidencia te mostró, cuando aún era su secreto. Treinta son los que cerca tuyo compartió, un envidiable cariño y mutuo respeto, eso es lo único que sabe, el escribiente de este texto. Sin necesitar más, porque al verte en esta vida entiendo, que alguien osado se irá, un anciano que seguramente te enseñó lo que es la integridad y lo que significa ser honesto.

Y no tengo más palabras que decir, no pretende ser este papel algo bello. Sé que jamás llegarás a comprender, el afecto que te tengo. Porque aunque nuestros caminos se separen, aunque no recorramos en el futuro la misma senda, siempre te mantendré en el recuerdo, como tu harás con tu abuelo.

Y perdóname si en este día estoy triste, es porque lo está una persona que considero mi amiga. Hoy atrae mi cuerpo la tibieza de mi cama, pues la tarde se encuentra plena de sensaciones amargas.

Escrito el 15/01/2014.

TE DOY ESTA LUNA.

Clave mi mirada en la hermosura de esta luna,
y desee que fuera para ti.
Pues entre todas las personas que conozco tu eres una,
de esas pocas que calan mi sentir.

Te presentas como esa leal y auténtica amiga,
que a mi pluma y a mi triste alma inspira,
puesto que me recuerdas que aunque a veces cueste siga,
un rumbo que contenga pasión, y nunca ira.

Me recomiendas que como un río fluya,
sin pensar en oscuros y lejanos ocasos,
que de la esperanza de amar jamás huya,
a pesar de que conoces mis fracasos.

Hoy debes saber, que a mi pecho a veces le preocupa
esa aparente debilidad que tu sensibilidad aposenta.
Que un lugar privilegiado de mi corazón tu recuerdo siempre ocupa,
y que la amistad que tengo hacia ti, es y será eterna.

Mas al escribir esto, siento que no me merezco
el especial afecto que me muestras tan sincero.
Por ello lleno de gratitud en este día amanezco,
y con este humilde texto expresarlo al viento quiero.

Ya que tu eres esa leal y auténtica amiga,
por la que mi pluma y mi triste alma hoy se inspira.

Para Cris.

Escrito el 15/01/2014.

AL TRASPASAR SU OSCURIDAD.

En una mañana tórrida de pleno mes de agosto, se oían plañir unas campanas surcando el viento, preparándose para el que algunos presumían un solemne acontecimiento.

El novio, esbelto, alto y bien parecido, esperaba a la entrada de la iglesia. En la lejanía y acercándose cada vez más, un carruaje nupcial transportaba a una mujer de radiante y blanca vestimenta, pulcra en apariencia. Mientras, un buitre sobrevolaba las inmediaciones de aquella serranía.

Los inocentes zagales reían al intentar alcanzar con sus manos a unas huidizas palomas, que recelosas siempre escapaban.

Ayudó el galán sosteniendo con su palma levemente la palma de la astuta novia, para que ésta descendiese las escaleras de aquel lustroso y vetusto vehículo. Entonces se pudo oír el relincho sosegado del caballo al ver como se alejaba la pareja.

En la iglesia, un rosetón que se encontraba en uno de los fondos, dejaba penetrar un haz de luz multicolor que se reflejaba en un suelo de mármol recién pulido y en los bancos de madera en dónde  se congregaban aún sin sentarse los invitados.

Se encaminaron al paso del himno nupcial al otro extremo de aquella estancia, que contenía clavado al altar un cristo crucificado sencillo y bello. Las notas musicales llenaron de melancolía el sentimiento de los solteros allí presentes, y de nostalgia a los que ya fueron desposados hace tiempo.

En el sermón se habló del amor, de compartir una vida en el seno de la bondad y la cristiandad. Sin embargo, él se encontraba ausente, se hallaba en un lugar indeterminado de su mente.

Entonces al escuchar las palabras «quieres a esta mujer por esposa» se estremeció su cuerpo. Ella le sonreía impaciente, el silencio recorrió la iglesia que parecía en ese momento un sepulcro. Se dio cuenta en aquel instante de que el sentimiento hacia ella jamás existió en su pecho, que ahora latía tranquilo.

La miró a los ojos traspasando la oscuridad de su alma, se volvió hacia su anciano padre y al momento tornó sus ojos a la cruz. Finalmente, fijo en el libro Sagrado, espetó un «no» que resonó con ímpetu en la bóveda y en el corazón de la amiga que se hallaba escondida, pues siempre pretendió ser más, porque realmente le quería, soltando sin poder reprimirse un suspiro de alegría.

Él cruzó la estancia mientras todos le observaban incrédulos, y dejó el odio personificado plantado en el altar.

Al salir, abrió sus brazos exhalando aire libre, y contempló cómo las palomas se elevaron para, en un esperanzado intento, alcanzar el cielo.

(Escrito como ejercicio para el curso de estilo)

Escrito el 14/01/2014.

PAN RECIÉN HECHO.

El sol aparece cada mañana por la espalda de aquel querido monte, en cuya cresta se vislumbra una hilera uniforme de pinos.

En aquella loma durante eternas primaveras, los dos corrieron entre amapolas hasta caer en la extenuación, y reposaron juntos a la sombra de unos cipreses que allí se encontraban, pues esa era la herencia que en aquel lugar se dejó olvidada la muerte.

Desde allí podían observar como se perdía en la lejanía el horizonte, comiendo pan recién hecho, y si bajaban su mirada aparecía ante sus ojos aquella melancólica villa, con diminutos paisanos, en donde se hallaba su humilde hogar.

No obstante, en aquel amanecer primaveral, en el que se oía el canto de las golondrinas, y la risa de los zagales sin escuela recorría el viento, siendo aquello signo habitual de alegría, se podía ver a veces, al pasar por su casa, entre los cristales de la ventana cerrada, a un hombre triste, que se ocultaba de los esporádicos y curiosos transeúntes.

Su llanto era producto de que a su leal compañero, que ahora se encontraba acurrucado en su regazo, una enfermedad con crueldad le devoraba sus huesos.

Fue entonces, al salir de nuevo la luz, cuando se percató al escuchar el murmullo del agua que caía en la pila de la fuente, de que el tiempo transcurre demasiado deprisa. De que el soltar lágrimas mientras ambos permanecen en la vida es injusto y no tiene sentido. Y el frescor del alba le convenció del deber de amarle hasta el final.

Observó su pelo dorado, acarició la cicatriz de su hocico. Él le devolvió el gesto moviendo su rabo, lamiendo la mano temblorosa de su amo. Éste le dijo que se irían a correr al monte, y retornó la felicidad a sus pechos. Al menos hasta el momento de la inminente despedida en el ocaso de su único y mejor amigo, cuya ausencia será reemplazada por la soledad y el recuerdo.

Sabiendo que siempre permanecerán juntos, aunque sea únicamente en sueños, recorriendo aquel camino de amapolas, y comiendo pan recién hecho bajo los cipreses, cuyo verde perenne le evocaran eternamente su muerte.

(Escrito para el curso de estilo)

Escrito el 13/01/2014.

LOS CAMINOS DE MI TIERRA (POEMA).

Amanecí en este mundo,

con pretensión de hacer poesía.

Mas fui llanto vagabundo,

por una ciudad sombría

que éste latido entristecía.

Sólo hallé emoción y aventura,

en otras páginas abiertas,

llamadas literatura,

donde vi palabras ciertas.

Mi alma ante ella siempre cura,

sus dolorosas heridas,

y ostentó férrea gallardía,

por atesorar tanta huida.

Pues falsedad y cobardía,

hallé en todas mis partidas,

ya que la gente cruelmente,

habló insensatamente.

Sus crueles palabras yerran,

pues sólo sabe mi mente,

los caminos de mi tierra.

(Ejercicio para el curso de estilo)

Escrito el 12/01/2014.

ÚNICAMENTE AHÍ.

Yo plasmaré la luna y la belleza,

turbado el sol verá mi alma desnuda,

me diste firme y con total destreza,

un dulce beso de talento y duda.

Siempre fiel y honesto deseé,

con mi razón y débil corazón,

tener mi rumbo en ti, así creeré

con verdadero dolor y pasión.

Ya que te vi a ti ser la esperanza,

para cambiar mi oscuro y hostil mundo.

Y así con risa y ritmo oigo a esa danza,

cómo abandona el pecho vagabundo.

Ese que te pide con sinceridad,

en este humilde verso y sin premura,

que no me dejes Musa ¡ten piedad!,

dame el placer  tan sólo en mi escritura.

(Escrito como ejercicio del curso de estilo)

Escrito el 12/01/2014.

ESCRITO DE FORTALEZA PARA UNA AMIGA.

«LO HICIMOS PORQUE NO SABIAMOS QUE ERA IMPOSIBLE»

Jean Cocteau.

Amiga, no esperes jamás a que nadie te diga cuando tienes que hacer las cosas que sólo te incumben a ti, ni mucho menos cuándo vas a estar preparada para ellas. Las harás y estarás preparada justo cuando tú y sólo tú  te decidas a emprenderlas.

Y no tiene por qué ser en un día especial o soleado, basta conque halles en ti una chispa de valor para empezar a enfrentarte a ellas.

Nunca pienses que los demás piensan de ti tal o cual cosa, porque ese es en realidad tu propio pensamiento, y porque lo que piensen los demás no es tan importante en cuanto tu te sientas conforme contigo misma.

Tu tienes tus gustos, tu carácter, tu forma particular de hacer, sentir y pensar, y no a todas las personas les tiene que agradar, al igual que a ti no te agradan las de todas ellas.

Aceptate a ti misma con tus imperfecciones y virtudes.

Ten presente que tu fortaleza no te la otorgará nadie, que tendrás que perseverar en aquello que deseas hacer, y que si caes habrá que levantarse y volverlo a intentar. Porque casi ningún muro es irrompible. Aún el fluir del agua por la dura roca consigue hacer con el tiempo que ésta se desgaste y termine quebrandose.

Te podrán ayudar en tu viaje, pero lo que consigas lo harás por ti misma. Valora tanto tu lucha como tu éxito, y no te fijes demasiado en tus fracasos sino para aprender de los posibles errores que cometistes en ellos.

Te veré realmente bien cuando como te expresé «Mates al Padre» (Nietzsche). Esto quiere decir que te reafirmes, que dejes atrás la carga de la niñez y te atrevas a decir cara a cara que tu eres un ser independiente. Una persona individual y bella, que tiene sus propias ideas y modos de comportarse.

Seguramente,  cuando lo hagas, te lleves una sorpresa. No sólo porque verás a los demás cambiar su actitud hacia ti, sino porque comprobarás que tu misma has cambiado, que has comenzado a respetarte a ti misma, como a esa mujer con auténtico valor. El que en realidad tienes y te corresponde.

Pero amiga mía. Por último, y aunque no te guste, o precisamente por ello, te prometo que yo personalmente me maravillare de tu progreso, cuando observe que tu has conseguido ver a la vida como una etapa más que tenemos que aprovechar al no saber si es única, y a la muerte como algo natural por lo que todos irremediablemente algún día tendremos que pasar.

Con total afecto para una amiga.

Escrito el 09/01/2014.

LOS CAMINOS DE MI TIERRA.

De mi tierra sale radiante y sereno el sol por los olivares. Camina lánguido por sus montes y se hospeda en los mismos lugares que el más cuerdo entre todos los locos, que se llamó el Quijote. Sus sendas expulsan un olor a mazapán y queso. La aridez de su manto contrasta con lo frondoso de su alacena, y a veces las noches con una brisa de calor pronuncian su nombre.

Un ser alado es su estandarte, una bestia imperial que surca los cielos por encima del hombre. Y mientras me observaba altiva yo paseaba por la vereda del Tajo, dando torpes pasos entre los juncos que apuntan como lanzas el azul celeste.

Ese fue mi primer encuentro con el barro en el que se ensucia mi vida. Mas por el afluente denominado el Henares, llegué hasta un panal acogedor de abejas y miel, que me dejó un bello dulzor en la boca, el que obtuve en una apasionante niñez. Bajo sus álamos me acurruqué en paz y pleno de alegría, y sin más qué decir, allí me eduqué.

Retorné siguiendo mis propias huellas antaño marcadas hasta el gran río, aquel que naufraga en otro hermoso país que es Portugal, entreteniéndome con la dama melancolía en una ribera, degustando con ella fresas amargas y espárragos con un toque agrio, que de tanto masticarlos se convirtieron en un manjar falsamente sabroso. Deseando sin embargo tras este transcurrir del perezoso tiempo, regresar de nuevo a las aguas del Henares, para así poder continuar el rumbo hacia mi destino.

Pero me detendré antes de llegar de nuevo a aquella tierra de la Alcarria, porque mi sabio abuelo me aconsejó que donde se ha sido feliz no se ha de volver, y de este modo mi pretensión es aposentar mis huesos y mi alma en la arena castiza. Madrid es el lugar al que eternamente con el corazón henchido de orgullo retornaré.

(Escrito como ejercicio del curso de estilo).

Escrito el 05/01/2014.

UN SUSPIRO, UNA VIDA.

Me despertó un estrépito como de avalancha, me sustrajo de tu mundo y el mío, en el que nos estaba uniendo con sus brazos Morfeo.

De súbito, vi cómo a mi lado un bello rostro chocaba contra el asiento delantero, y a algunas gotas de pavor saltando de él por el asfixiante aire, cuyo sabor se volvió agrio. A mi me había contenido en mi sitio el cinturón que me salvó en aquel instante la vida, que no obstante se tornaría en una cruenta agonía.

Miré a un lado y su opuesto, sólo gritos y sollozos, mi corazón latía raudo de emoción, queriendo a martillazos salir de su desbocado pecho.

No sabía si aquel vehículo era parte de un sueño o si yo estaba despierto. Se balanceaba como si fuera una cuna, la que movía la mano de una madre, la mía, la que mi pecho amaba y se hallaba dulce entre aquél caos, la que desde hace años sentía ausente. Mientras tanto, únicamente se oía una nana de desesperanza y de tormenta.

De repente, caí con mis compañeros de ruta hacia el vacío, llegando a las puertas de un abismo de frío líquido. Vaivén de corriente, gente que se había empotrado contra el techo y vuelto a descender a sus asientos, con bastantes huesos rotos, algunos ya realizando el viaje del destino humano, el que todos emprendemos, el que comprendí que para mí se encontraba cercano.

Río que entra en este ataúd improvisado. Tumba de historias desconocidas, anónimas, que saldrán a la luz de su oscuridad al amanecer siguiente, en no pocos noticiarios y papeles.

Y mi existencia se escapaba volando en imágenes por mi mente, apareciendo de nuevo tú junto a un Morfeo con guadaña, que me abre sonriente sus brazos, como siempre victorioso. Atrapándome de este modo en un suspiro la eternidad de la muerte.

(Escrito como ejercicio del curso de Estilo)

Escrito el 05/01/2014.

ESPERANDO TU OBRA DE ARTE

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Abstraído observé un rostro que contenía un tono sutil de mar y cielo,
que cautivó a primera vista mi hoy anhelante pecho,
porque al mirar aquella belleza sentí ante tu talento un sano celo,
deseando tener parte de tu genio en un cuadro que dices que ya está hecho.

Imagina mi mente pinceladas caóticas con plenitud de armonía,
te evoco sin conocerte observando un árbol tras tus cristales,
produciendo al inspirarte trazos llenos de maestría,
que mi alma al traspasarla sentirá como ideales.

Pues no temas de ningún resultado obtenido,
confía en que tienes en tus dedos un don,
que contemplé en aquel rostro que dejó mi pensamiento absorbido,
por ser aquello puro arte, lo supo al acelerarse el latir de mi corazón.

Gratamente me sorprende el regalo que creaste y que me hago,
para que mi amado Niko sea eternamente recordado,
sin pretender ser este escrito un simple halago,
ya que con total sinceridad todo lo que siento en él es expresado.

Otorgándole mi admiración a esta bella obra,
que llena de emoción mi entendimiento,
puesto que reconozco que ninguna palabra de elogio a tu arte le sobra,
ni a tu inesperado por mi, y con creces superado talento.

Dedicado a la Artista María Martínez Rodríguez.

Escrito entre el 03 y el 04/01/2013.

UN 6 DE ENERO ADELANTADO.

En este día que se halla repleto de sorpresas y alegría,
en el que volví a posar mis ojos henchido de esperanza ante el cielo plomizo,
gracias a que mi languido pecho cerca os sentía,
como el más bello de los regalos que mi renqueante existencia me hizo.

Pues a vosotros os encontré cuando perdía por completo mi fe,
en una vida que ante mi juicio era sentenciada como injusta.
Sé que a partir de este momento más valiente seré,
porque mi triste soledad junto a vosotros ya no me asusta.

Por ello en este adelantado y lluvioso seis de enero,
en el que mi pensamiento al amanecer os recuerda,
deseo mostraros con este texto cuánto os quiero.

Y cruelmente pido que de mi senda vuestra amistad pierda,
si no es mi verbo ahora por completo sincero,
ni mi pluma se expresa en este instante plenamente cuerda.

A todos mis amigos, en especial a los más cercanos: Cris, Cova, Jorge Constanza, Dani Bedmar y Carlos Martinez. Gracias.

Escrito el 03/01/2014.

A LA ESPERA DE ALGUIEN ESPECIAL

Fuiste como el rocío,
que apareció con su bella bruma al salir el sol.
Eres el soñado amorío,
que le hace a mi mente perder su rígido control.

Pues hubiese querido caminar siempre en soledad,
alejado de todo amor y llevando una vida diletante,
hasta que tu mirada cruelmente y sin piedad,
clavó en mi débil latido esta emoción punzante.

Que me hace sangrar el pecho,
siendo tu cuerpo la pasión,
que se halla cada mañana en mi lecho,
entregandome por entero su alma y tu corazón.

Mas nunca habrá arrepentimiento,
en este pecho tan dolorosamente ajado,
que contiene un intenso sentimiento,
que hasta que no vio tu rostro creía olvidado.

Por ti abandono ese vetusto mundo,
porque eres por mi lo más deseado,
agradezco que permitieses a este fiel vagabundo,
el sueño de amarte al tenerte a su lado.

Escrito el 02/01/2014.