DONDE YACEN LAS HADAS.

Cuál es ese lugar en el que encontraré mis historias,
en cuál senda intransitada las hallaré,
en qué sombrío lupanar me las darán como limosna…

Prostituyo mi mente por cuatro palabras,
por un puesto sin laurel en el cielo,
por un triunfo sin medallas de oro,
por lograr tener un nombre y su respeto,
aunque jamás me suba con lo hecho
a ningún pedestal
ni reciba por ello aplausos sinceros…

Hacia dónde vuelan estas gaviotas
cuando no hay ni arena
ni algas,
cuando el mar es tan solo un sueño lejano,
y ya por él no vale la pena ni el esfuerzo de buscarlo….

Si ahora mismo siento que no hay motivos
por los cuales luchar…

En qué circunstancias noto
esta tremenda miseria,
si no es en todo aquello que me rodea,
si un te quiero se convierte siempre en una ironía,
y la amargura se halla impregnada en mi paladar y en este sucio techo.

Hice un pacto con mi alma,
y ahora casi todo en ella está roto,
firmaré uno nuevo con el Infierno,
para poder así enmendar la tristeza,
pues en mi hogar no hay ni agua ni alimento,
tan sólo una lágrima en el rostro propio y ajeno….

En el flujo de qué tinta
ves al escritor o al poeta,
si no poseen belleza sus letras,
si no escribe con la debida brevedad
ni le alenta el sentimiento más noble,
el de un amor hacia lo que hace,
ese que nunca entenderá de froteras….

Dime tú, si tú,
en este noviembre
por cuál dirección puedo encaminar mi existencia,
si no es por la de la melancolía
ni por la de la lágrima sufrida,
sino por esa otra del quiero y no puedo….esta tampoco, que se encuentra ya bien sabida….

Mas en este momento hay que pedir perdón
por la escasez de talento…

Y quién seré yo,
sino un hombre de lo más vulgar
y corriente,
alguien que va siempre a la deriva sin embarcación,
que no vende libros
ni se puede observar su imagen por ningún escaparate…

Y en qué tierra me toparé con la muerte,
si no es en la misma en donde yacen las hadas,
si tan sólo albergo la esperanza
de que sea junto a tí
después de una existencia feliz y plena,
una que quizá transite sin gloria….

Pero sabes mi reina, lo máximo que este fiel vagabundo pudiera pedir sería estar a tu lado …

Escrito el 31/10/2015.

SENTIMIENTOS DE CULPA

(Las letras que continúan aquí debajo están plasmadas porque en estas fechas siempre me acuerdo de ti. Nunca sabrás la huella que dejaste en aquel adolescente de quince años. En este momento escribo y me hago mayor…. Estuve a punto de seguirte, pero encontré a gente que supo rescatarme a tiempo.

Ahora lucho porque nadie intente emprender el viaje de la misma forma a como tú lo hiciste, ya que a pesar de que entendía tu dolor, puesto que también era el mío, ahora sé, yo mismo lo comprobé, que aunque todo parezca realmente oscuro, para personas como nosotros siempre habrá esperanza….)

Agua, brazada tras brazada tan sólo encuentro agua y silencio, y en mi mente, clavada como si fuera una estaca, tu mirada, tu amplia sonrisa, y aquellos atardeceres de juego en los que yo, pleno de felicidad por haberte tenido, te observaba.

Veía como crecías, y cuando hacía frío y tú dormías te arropaba, te despertaba con una caricia, y juntos hablábamos de nuestros sueños cuando apenas, hacía tan sólo un instante, había irrumpido por la ventana el alba.

Sin embargo esta mañana me levanté con un sabor de amargura en la garganta, no pude dormir bien, puesto que un pánico atroz se apoderó de mí. Tuve una sensación como de lejanía, como de desapego hacia estos montes, hacia esta tierra….

Te busqué por todas partes, y desesperado grité tu nombre, y a cada uno de los intentos que hice por obtener una respuesta tuya se le iba sumando la frustración del fracaso, el sinsabor de tu ausencia. Fue entonces cuando el mar embravecido me susurró que jamás volverías, y a continuación todo cuanto me rodeaba se quedó mudo, y se fue apagando, hasta que se quedó este mundo sumido en una absurda oscuridad  sin sonido.

El respirar aire puro no me calmó, mi olfato en aquel momento tan solo percibía mi angustia, y pensé si meterme en tu cama, al abrigo de tu calor, para así perderme en la belleza de lo que quedara de tu aroma. Creí que una parte de ti continuaría entre tus sábanas….

No obstante clavé mis ojos en el mar, y me adentré lentamente en él, la ropa ahora me pesa como si fuese plomo, y noto cómo mis músculos se hallan más exhaustos a cada segundo que pasa…

Brazada tras brazada todo es agua y silencio….

Hace dos días sostuve tu cuerpo inerte sobre la arena, lo que intenté hacer para reanimarte no funcionó, te saqué de este maldito mar sin vida, y en ese momento supe que también se había parado la mía….

Hijo mío, te confieso que poseo la esperanza de que como te pasó a ti, a mi nadie me impida la muerte, tú no te querías ir, mas yo deseo partir por el profundo dolor que me otorgó el no poder llegar a tiempo para salvarte.

Escrito el 30/10/2015

EL FULANO QUE BUSCA A BERLIN

Estoy hecho a base de golpes y risas,
mi motivación está tejida con el hilo de melodías maternales,
el castigo lo recibo gracias al tronar culpable de mi carácter,
me ayudó la disciplina de los que llevan la cruz como guía,
y mi fortaleza me la impuso la rectitud y ausencia del padre.

Quizá me pidieron mucho,
más de lo que yo pretendía dar,
me sentí muy solo en la vida,
seguramente puedo con más
de lo que algunos puedan pensar.

Soy pesimista por vocación,
optimista rebelde de toda persona que posee valía,
pocas veces sé decir con rotundidad un no,
pero estoy aprendiendo a hacerlo con duro trabajo
no exento de obstinada osadía.

Me abandonaron las pesadillas de aquellos hospitales que visité,
las dudas crueles que mantenía hacia mi propia estima,
mi maldita melancolía casi ya la olvidé,
y las continuas depresiones parecen ecos que jamás existieron
por su lejanía.

Mas no sé si te odio o te quiero,
nunca supe si es la oscuridad lo que me envuelve,
o si por el contrario es el brillo de la luz lo que es atraído a mi senda cada día…
de lo que sí estoy convencido es de que a ti te amo,
y de que me esfuerzo para que tú sientas lo mismo,
mi ilusión se afana en lograrlo,
mi esperanza, no vaciles,
apuesta fuerte por tu alegría.

Mi orgullo son mis padres,
ellos son un privilegio,
mi patria la encontré por todo este mundo,
también por las estrellas y su universo.

Ahora inspiro aire de un barrio humilde de Madrid,
y animado y dichoso me siento,
pues observo como se esconde este cielo sin miedo,
ya que sé que al amanecer te hallaré a mi lado de nuevo.

De repente te comento que leí ayer en un cartel
que por nuestra calle se perdió un gato cuyo nombre es Berlin,
yo soy el fulano que lo esta buscando,
el que aún no tiene muy seguro ni como es él,
el hombre que todavía no ha conseguido encontrarse,
el que desea que ese felino se sienta libre,
el ser que quizá con una estupidez sensible
ruega porque esté bien.

Escrito el 25/10/2015.

MI EXTRAVAGANTE LECTORA.

Únicamente ella, que es una soñadora despierta que pasea por las inmediaciones de la Puerta de Alcalá, es la mujer que encandila mis sentidos, y trastorna mi mente, pues apenas puedo comer o dormir, porque ella aunque no esté, está en mí presente.

La veo a menudo con un libro, y yo, que en ocasiones finjo tener un traje de valiente, la pregunto de quién es, si la está gustando el argumento, y ella sonríe mientras levanta hacia mí sus ojos rasgados, y a continuación lo abre por la última página, para fijarse así única y exclusivamente en sus líneas finales.

Yo la observo sorprendido, y me pregunto cómo es posible que exista algo tan bello, de pronto siento sed, pues ya sé que estoy atrapado, ahora sé que la amo.

Entonces es cuando ella me dice «termina bien», para a continuación añadir «habrá que comenzarlo», y ante mi perplejidad de hombre un poco estúpido ella se ríe, al mismo tiempo que yo no anhelo otra cosa que besar sus labios, que rozar su pecho, y arrebatar su alma.

Descubrí que es poco cuidadosa con lo que para mí es un bien tan preciado, que destroza las tapas y arruga la mayoría de las hojas, y que bastante a menudo se queda dormida cuando lee, pero a su vez también descubrí que para mí esa imperfección es perfecta, y mantengo la esperanza de que algún día unas cuantas letras mías impresas puedan acariciar su mirada.

Últimamente si escribo es por ella, así como si respiro, si pienso, si leo….todo lo envuelve ella.

Hoy la vi en el metro con un nuevo libro, el anterior creo que no lo leyó, cuando de repente me mira, risueña me lo enseña, y yo con un suspiro de resignación me siento a su lado.

Comprendo que en la lejanía de mi pecho, en el desapego que siento hacia este mundo, tan solo deseo ser su amor, y en el futuro el autor de esa novela que pudieran maltratar sus manos.

(A mi extravagante lectora Marisa)

Escrito el 17/10/2015.

DETRÁS DE LA PUERTA.

Mi cuerpo tiembla, y en un espasmo que me despierta la mente me percato de que mi mirada está clavada en un punto cercano. Sabía que podría ser una mala idea hacerlo, que habría sido mejor haber contratado a un profesional, sin duda lo mejor hubiera sido la decisión que descarté de demolerlo todo, los muebles antiguos, las ropas pasadas de moda, el olor a naftalina, las risas que ahora escucho, esos sonidos estridentes que están impregnados por todos los rincones de esta casa….

Tengo una obstrucción en mi garganta que apenas me permite respirar, sube y baja levemente por mi esófago, y me asfixia, comunicándome así el miedo que siento, el temor que en este momento me oprime el pecho y no me permite mi habla….

Observo el teléfono y el sillón que se halla a su lado, allí se sentaba aquel maldito anciano. Como en un espejismo macabro le veo apoltronado ahí, mirándome mientras hace una mueca de burla, riéndose de mi estupor a carcajadas….

Voy al aseo del final del pasillo y vomito, me lavo a continuación las manos, compulsivamente, restregando la una fortísimamente contra la otra, y veo mi rostro en el espejo, se encuentra totalmente pálido, parece no tener vida….

En este instante retornan mis ojos a aquél punto en el que hace un rato atrás se hallaban fijos, y me aproximo lentamente a él, paso a paso, notando como mi pecho se acelera a cada movimiento de mis piernas…

Ahora entiendo que debería haber pagado a alguien para que hubiera reformado esta casa, y sin comprender aún muy bien el por qué abro de nuevo la puerta…

Ahí sigue, en el hueco que derribé, entre pared y pared, y vuelvo a cerrar despacio…

En este momento tengo que recapacitar sobre qué debo hacer. Si realizar una llamada, o continuar y guardar en silencio y para siempre el secreto que mi padre ocultó en esta casa….

Escrito el 11/10/2015.

UN CAMINO DE ÁLAMOS.

Con sus pies descalzos esquiva los cantos que se instalaron insolentes en aquella tierra, la misma que ahora es barro y que ostenta las hojas marchítas que atrajo el otoño, y todo a su alrededor tiene un sabor a fruta amarga, y un hedor que proviene de un abismo que tan sólo contiene una humedad que es salada. Mientras, ella puede ver cómo las espigas del campo se clavan en el pecho de aquellos seres que le son más queridos, aquellas personas que a ambos lados del camino agachan la cabeza al levantar la vista hacia su ocaso.

Sin más, lo que había en ella de oculto sale a toda luz en imágenes confusas, diluyéndose al instante en su alma con el empuje de todas nuestras lágrimas. Al observarla allí, personalmente pienso, que sin su voluntad, sin su deseo, no hubieramos podido tener ni manos, ni lengua, ni labios, siendo tan sólo todos nosotros espíritus errantes y erráticos, quizá albergando cada uno por separado unas ansias irrefrenables por existir, y a esas ansias desesperadas tan sólo ella les dio lo que ellas mismas tanto esperaban, pues nos otorgó lo que en este momento es lo más valioso, lo que podemos denominar «nuestra vida».

Esa dama es el principio que conocí, después nacería de ella la continuación, y ésta, llena de amor, alumbraría a su vez a un ser que soy yo, un varón que ya nunca más será fin.

Se oye en este atardecer a algunos niños reír, se realizan en nuestro entorno danzas de familiares que todavía no poseen mucho sentido del ritmo, bailes inocentes de aquellos que nos verán también en el futuro partir….

Y es que su sangre es a esta hora un río en el que ella nada, y cada latido nuevo es un zumbido que se le apaga. Imagino que en lo profundo de su memoria renace el pueblo manchego de su adolescencia, y en él, una anciana mantiene la lumbre y un hombre serio suelta a propósito un plato que se hace añicos, seguramente ella comprende que lo recogerá únicamente en su mente, cuando la paz y la oscuridad de la noche estén a punto de penetrar en su cuerpo.

Sí, mi abuela sueña en este momento, y se percata que al fondo de la alameda se encuentra el hombre que siempre la ha amado, éste ahora se halla entre una nebulosa de luz sin tinieblas, y la espera con los brazos abiertos, pues su amor nunca se fue, permaneció en su interior ardiendo….

Y le sonríe, le acaricia, y se acurruca entre sus manos. Juntos se adentran en la profundidad de ese mar que es y será nuestro destino….. Y yo, compruebo en la plenitud de mi cansancio no sin cierta nostalgia, cómo ellos dos, totalmente rejuvenecidos y felices, dan pasos firmes hacia la eternidad que aquel Dios en el que tanto confiaron les ha reservado….

Sin embargo, también miro a los que aquí se quedan, a sus hijos, a mi madre, y noto cómo todos se van sintiendo a cada cadencia de su respiración, a cada goteo de suero, cada vez más huérfanos… Pero a pesar de nuestra pena, mi abuela tengo el convencimiento de que se adentra en ese mundo en el que ella siempre tuvo tanta Fé.

Eso no deja de lado que el principio que conocí se está yendo, y yo salgo del hospital a pasear por un camino de álamos, a su término me esperas tú, mi amor, y la mujer que dejé hace un momento atrás empiezo no sin cierta rabia a entender, que en breve se convertirá para mí, en uno de los más maravillosos recuerdos….

(A mi abuela, a sus hijos….)

Escrito el 05/10/2015.