Mente que sueña,
cuerpo menguante,
tiempo en espera,
alma distante.
A estas horas esa eres tú,
una orquídea salvaje y marchita,
luz lánguida de vela,
oscuridad entre la bruma y la tiniebla.
Belleza de dedo deforme,
espíritu en su eternidad navegante,
respiración pausada y en calma,
sentimiento puro de amor que a mi lado danza.
Visión de alegres y traviesos zagales,
sabor de agua fresca en Alcaudete,
sonríes al evocar un Ángel en tu Alcázar,
y añoras a esa ciudad que fiel contendrá vuestra historia.
Murallas que el cielo revienta,
lagunas de niños y celos,
rostro cansado de paz y paciencia,
esa eres tú abuela a esta maldita hora.
Y odio estas letras,
que ostentan mi adiós prematuro,
hace un instante te observé dormir a mi vera,
mas esa no eras ni serás nunca tú,
tan sólo era vacío y ausencia.
Mente que sueña,
cuerpo menguante,
tiempo en espera,
alma distante.
Persona siempre amada,
de cano cabello y despedida con alas,
espantaste cuando te vi todo el temor de mi pensamiento,
pues ante la muerte no aposento ya ningún miedo.
Escrito el 01/11/2014.
Enhorabuena Daniel
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