Olvidar el pasado y no pensar en el futuro, respirar tan sólo presente, hacerse cargo de los objetivos uno por uno, no dispersarse en lo que harás, ni en aquello que sin conocerte bien de ti dirán.
Seguir un camino propio sin que nadie te imponga tu deber, ser honesto en la palabra, que tus actos demuestren lo que tu persona es.
Preocuparse lo necesario e inevitable de los asuntos que no estén en tus manos, ocuparse de aquellos que si lo estén, no ser insensible ante el mal ajeno, hacer un compromiso contigo mismo que realmente desees realizar.
Con sinceridad preguntarte que quieres en tu transitar por este mundo, e investigar los pasos que dar para no perder ese rumbo, no desaproveches el momento, cada minuto es importante en tus proyectos.
Mas no hagas que se agote tu físico, no permitas que caiga exhausta tu mente, dosifica con inteligencia tus esfuerzos, ante todo sé feliz en tu trayecto.
Jamás tengas prisa, nunca te detengas, sé valiente en la caída, comportate con humildad cuando venzas.
Llegarán situaciones frustrantes, instantes en los que notarás cómo tu existencia zozobra, no desfallezcas cuando te cruces con los embates del tiempo, pues éste sólo es tuyo, que no se apodere de él el viento del lamento.
Sé consecuente, intenta vivir la vida que quieres, todos tenemos nuestros límites, aprovecha tus virtudes y rompe las barreras que tu desarrollo prohíben.
Tú eres un ser humano, nadie puede arrebatarte la dignidad de ese nombre.
No permitas que ningún rey o estúpido burocrático te observe por encima o te arrincone con desprecio a un lado. Ellos no son más que tú, al igual que tú no eres más que ellos, cuando os descubráis en el ataúd, os daréis cuenta del absurdo del orgullo y del abolengo.
Es necesario que te reafirmes, que seas alegre en tu camino, desafía para ello a cada amanecer, gritale que al menos hoy continuas estando vivo.
Escrito el 04/06/2014.