Me levanté confuso, con el desconcierto que se apodera de mi cada mañana de no saber muy bien dónde estoy. Aquel era mi cuarto, ligeramente iluminado por los primeros rayos de sol que han aparecido en el alba.
Bajo las escaleras de mi hogar pensando en las tareas que debo realizar a lo largo del día, en la cocina se encuentran mis padres que están preparándose para irse a pasar este sábado de febrero con mi abuela.
Todo se halla en un estado de normalidad, pacífico y estable, pero justo al momento de su partida, antes de salir por la puerta, mi madre se giró y le asestó un zarpazo a mi sentimiento, debido todo ello a un comentario, unas palabras que llenaron de inquietud mi alma.
‘’Me ha salido otra herida en el pecho, y en breve tendrán que hacerme unas pruebas’’, esto es lo que tornó gris un día soleado, en zozobra lo que parecía paz.
Intenté estudiar, pero mi intento fue en vano, después tomé la determinación de escribir, pero con escaso éxito, tirando lo que fueron unas líneas en un papel a la basura, sin embargo persistí, a pesar de que las ideas no venían a mi mente, lo que sí acudió a ella fue un profundo sueño.
Me despierto y ya ha anochecido, mi rostro se encuentra apoyado en el escritorio de la mesa que hay en mi despacho, mi cuerpo sentado, inclinado hacia delante, y en mi mano permanece mi pluma cuya tinta ha podido descansar durante toda esta tarde.
Salgo de este cuarto al oír lejano un lamento, y oigo detrás de una puerta cerrada sin querer del todo, una conversación entre mi madre y su hermano.
Camino hacia mi habitación después de haber escuchado lo suficiente para que me sobrevenga el recuerdo de tanta lucha, y la memoria de mi perro al exhalar su último suspiro, allí, en mis brazos, dándole un beso de despedida. Fuera puedo ver la calle vacía, con la triste luz de una farola iluminándola, en ella un gato transita tranquilo, es un vagabundo solitario.
Mi madre me ha mentido –me dije-, ya le han hecho las pruebas, y me sorprendo llorando en silencio, pues en este momento se halla mi esperanza muriendo en mi desgarrado pecho.
Escrito el 09/02/2014.
(NARRACIÓN EN PRIMERA PERSONA PARA EL CURSO DE ESTILO)