DESCUIDOS

Hay horas, días, semanas, en las que mi memoria se encuentra al abrigo de un pasillo largo de paredes blancas. Si bajo los ojos, puedo ver sobre su suelo de mármol rojo mis pies, y en ese instante notar cómo arde mi torso, consumiéndose como la vagabunda ceniza que siempre llegado el momento se marchará de la mano del viento.

En ese transcurso indeterminado de tiempo que en ocasiones me aqueja, que en mi interior avanza lentamente en contraposición a las agujas y el cucú del reloj que lo hacen de manera veloz, me percato de que aunque yo me halle plenamente ausente todo lo demás sigue, y comprendo que así debe ser, que poseo poca importancia, y así reconozco lo absurdo del ego humano, cayendo a la vez en la cuenta de lo necesario que es sentir pasión por algo, en lo prioritario en lo que se convierte amar….

Y sí, a veces me doy cuenta de que por costumbre, educación o vicio, busco en la sonrisa del otro la propia, y en su bienestar el mío, e intento ser feliz sin ganas. Mientras, la amargura se derrama en mi alma y me escuece, y mi insatisfacción va en aumento, crece como el caudal del río en las mañanas de lluvia, en esos tristes amaneceres en los que doy un paseo a solas a su lado, y todo alrededor mío se oscurece, se apaga como esa vela que agoniza porque a alguien se le pasó soplar para que llegara su descanso…..

Sin más, y aunque mi esperanza parece esconderse con temor, coqueteando de esta manera mi espíritu con esa melancolía que parece perpetua, en el ir y venir de estos soles y sus lunas, en la soledad y el silencio que me permite este cuarto, coloco sobre mi mesa un papel, y con mis dedos agarro cualquier lápiz…..y sé que en esos momentos no tengo muchas ganas de escribir, pero que al poco tiempo notaré como una luz emerge de cada palabra, y vuelvo a sentir el deseo de estar vivo, y la imperiosa necesidad de abrazarte a pesar de que de nuevo en este anochecer que llega te encuentras lejos….mas no te preocupes, porque mi consuelo es rememorar tus besos, sé que pronto los volveré a saborear, ya que tú eres aunque a veces no lo creas, lo que yo más quiero….

Soy sensato, y sé que hay y habrá horas, días, semanas, incluso años, en los que me olvidaré de mí mismo y descuidaré así mi amor propio…..pero también hay instantes como en el que me encuentro ahora, en los que me doy cuenta y pretendo cambiar, porque siempre existe un presente y un futuro, un aquí y un ahora sin excusas, y esa miedosa esperanza encuentra de nuevo la valentía, porque la vida sigue, y si tú te paras mucho tiempo puede ser que llegues tarde para cuestionarte sobre aquello qué hiciste mal……y en ese instante amigo mío, sí que serás realmente como la ceniza que se marcha con el viento…..

Por ello, si me permites un consejo del que yo mismo me quiero concienciar, solo puedo decirte……

Ámate a ti mismo….. déjate amar…… Escrito el 23/02/2016

 

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