Barra sólida de filo fino,
de la que se derrama gota a gota mi sangre,
dureza pétrea es tu pecho,
veneno que eleva,
licor de añoranza al marcharte.
Me muestras tu sonrisa de escarcha,
y siento un intenso frío,
alejarme ni quiero ni puedo,
tus besos,
lo que soy estando contigo,
robaron todo lo que yo poseía de sentimiento.
Infancia borrosa de dolor,
difícil siempre para una niña,
la que ahora me ofrece temblorosa
y desconfiada
un pedazo de si,
y el resto me lo escondes,
pues no deseas que nada ni nadie destroce esa quietud,
la que ha conseguido tu alma.
Quizá yo nunca llegue a saber si tu me quieres,
me vienen recuerdos de un padre,
mi esperanza anhela cada día sentirte,
soy ese picador apasionado,
el que con cariño y sudor pretende desnudarte.
Vagabundo sediento,
desventurado náufrago,
niño de barrio pobre,
joven sin amigos,
lobo solitario.
El que busca un preciado tesoro,
el que sueña tu amor y tu tacto.
Nadie dijo que esto fuese fácil,
tu vida, la mía,
algo por alguna razón oculta nos unió,
quizá porque yo como nadie consigo entenderte,
quizá porque tú descubriste un destello en mis ojos,
algo que te aseguró que yo moría por ti de amor.
Con todo tu hielo y tu dulzura,
con toda nuestra rabia acumulada en el pasado,
con un mutuo lecho donde compartir la felicidad y el lamento,
tú debes saber que eres mi máxima pasión,
aunque cuando te lo digo tan solo respondas con silencio.
Escrito el 30/03/2015.
Me gustan mucho. Cada día mejor
Me gustaMe gusta