Espesor de ojos oscuros,
nublados,
la rabia contenida,
mis dientes apretados,
y de fondo
esa balada triste del pasado,
esta canción que retorna,
la que en mi pecho es consentida,
la que en mi alma es olvidada.
Quise ser poeta,
un hombre loco como el Quijote,
en mis sueños se entona la saeta,
la del sentimiento de sentirse
mediocre.
No mires atrás,
el futuro aunque tu no lo creas
existe,
es sabido que la tumba
es el destino,
la obra, si buena,
pervive.
Mi pluma no es Cervantina,
aun así, para llegar a la cumbre
me faltarían diez años,
mi guerra no se disputa en Lepanto,
la cárcel tan solo se halla en mi mente.
Camino desde tu realidad
hacia mi ficción,
y vuelta a empezar.
Soy aquel niño que aspiraba
a ser escritor,
el que con más o menos fortuna
escribe estas letras,
no miro a mi alrededor,
odio mi falta de amor,
intento quererme y escribir,
a pesar de que nunca llegue
a ser poeta.
Escrito el 18/03/2015.
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