AYER MI LUNA NADABA

(A MARISA, A MENUDO ESA ESFINGE DE ROSTRO INSENSIBLE QUE SIN EMBARGO POSEE UNA PROFUNDA SENSIBILIDAD, ELLA ES LA MUJER POR LA QUE CON CADA MOMENTO COMPARTIDO COMPRENDO MÁS QUÉ SIGNIFICA ESO DE AMAR).

Anoche vi una lágrima tuya, recorría esta blanca baldosa que ahora limpio en el alba. Te prometo que jamás pude observar algo tan hermoso, no es que quiera o me guste verte sufrir, sino todo lo contrario, deseo que te abras para ser feliz, para que aprendas que no hay nada de malo en ser un poco más humano.

Porque nadie puede mantener su pecho imperturbable ante todo lo que le acontece, y el dolor muy a nuestro pesar es inevitable.

Vívelo en cambio como un modo de salvación, pues es lo que nos hace valorar más las cosas de este mundo, lo que nos hace apreciar nuestra vida. Incluso, a veces es lo que nos invita a ser responsables, a pesar de que en algunas personas un exceso de sufrimiento les llega a insensibilizar, les corroe, y les hace odiar, sentirse desgraciados hasta volverse por ello seres infames.

Creo que sin el dolor no podría haber ni madurez ni empatía, no podría nunca existir amor, jamás compartiríamos nada con profundidad, sólo veríamos de la máscara del de enfrente su alegría, y yo, porque te amo, anhelo ver la tuya al completo, y una vez estudiada y comprendida, quiero quitártela para al fin poder besarte realmente, y así alcanzar toda esa belleza y terror que intuyo que como nos pasa a todos tú también escondes.

Y es que deseo compartir contigo el dulce y amargo vino que nos ofrezca esta vida, quiero emborracharme junto a ti de un sentimiento mutuo, uno sin fisuras, que se sustente siempre en el respeto, en el cariño, en la admiración. Quiero embriagarme a tu lado de amor.

Tengo la esperanza de que tu corazón, que en ocasiones es como un témpano de sombras, vea en mi la luz que le puede proporcionar calor y descanso, que sepa que en mi persona puede tener una confianza plena. Por eso te pido y te ofrezco lo que cada una de nuestras soledades necesitan: amparo en la desgracia, pasión en el lecho, alegría a raudales, y mi sincero amor como sentimiento.

Ayer mi luna nadaba entre su pena y la nostalgia, se halla lejos de su tierra, a cada minuto está más cerca de mi alma.

Perdóname, quería regalarte una rosa, y al no poder en la distancia, sólo se me ocurrió escribirte este texto.

Escrito el 07/12/2014.

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