Hay días en los que no importa si nace un sol radiante o cae una lluvia incesante, en los cuales un halo de melancolía persigue tu espíritu, días que te sorprendes a ti mismo observando a esa persona que se encuentra a tu lado, minutos de claridad en los que caes en la cuenta de cuanto la amas.
Instantes en los cuales cualquier gesto amable es un triunfo, en los que deseas elevar la voz del susurro cobarde que ocultan los corazones, gritar al viento ese sentimiento sincero que sientes, el que no puede ser descrito por simples palabras aunque seas el poosedor de la más lúcida mente.
Son momentos tumbado junto a ella en la cama, en los cuales crees tener a la eternidad agarrada con tus manos, en los que olvidas el dolor que produce la vida, días en los que sueñas que eres feliz y al despertar descubres su sonrisa.
Escrito el 09/07/2014.