SENTIRSE AFORTUNADO

Por un viaje, por un reencuentro.

Después de un mes y su tiempo, no escaso de nerviosismo e incertidumbre, de confidencias en la lejanía y la frialdad de un teléfono, sin vernos el uno al otro frente a frente, dándonos cuenta de lo que nuestro mutuo pecho sentía, sin poder besarte por la noche, sin pretender acariciarte al aparecer el día.

Mas allí estaba ella, espléndida y radiante, morena extranjera conquistadora de la patria de mi felicidad, carcelera del deseo, de mi admiración constante, flor que oculta una mayor belleza en su interior que en lo hermoso que a toda vista sobresale.

Caminamos juntos entre el bullicio y la gente, en un Salamanca monumental, que con su embrujo nos abrigó, nos acurrucó en un sueño, haciéndome sentirme pleno, sorprendiéndome ante cualquier reto valiente.

Vetusta piedra, calor que juega con dos amantes, en la ciudad que para ambos se convirtió en eterna, que en su memoria será un recuerdo de su unión en ese instante.

Al verse aterrizar el ocaso, la más maravillosa dama ante mis ojos, esa dulce esmeralda que me otorga esperanza, la cual disipa completamente mi melancolía, entra en el romántico restaurante que elegí, un lugar de ensueño, al que galante y complaciente la llevé. Jazz envuelto en luz tenue, miradas cómplices, manos un poco sudorosas, pues me encontraba ante la única mujer que ha conseguido sacar un te amo honesto y maduro de mi boca.

Mas tarde suspiros y abrazos, espera en el lecho al alba siguiente, para volver a la rutina de la existencia, para regresar por su ausencia al solitario hogar, para retornar a la vacía y gris ciudad, cuyos muros me alejan de ella  corporalmente.

Sin embargo, hoy me siento el más afortunado de todos los hombres, gracias a esta mujer de exótica belleza, que sus maravillas lentamente me muestra, y cuyo sentimiento me hace encontrar un respiro en mi larga senda, la que como todo humano he de transitar.

En este momento otorgo mi gratitud a esta vida, que me dio tantos golpes, pero a la vez alguna bondadosa caricia, y la suerte de tener a unos familiares que comparten mi hasta ahora inusual alegría. Esa que invade mi alma, y que hace que al fin este humilde servidor comprenda lo que es en este mundo el amor y su arte.

 

Escrito el 11/05/2014

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