MI PÉRDIDA DE FE EN LA RAZA HUMANA.

Me enseñaron una moral con cadenas que detesto, y unos valores en los que mi mente con lealtad cree.

Me educaron para jamás arrodillarme ante nadie, ya sea el personaje de en frente sastre, doctor o un todopoderoso Dios, pudiendo así la gente decir que esto es soberbia, cuando en otras bocas lo que emplean es el término integridad.

Poco importa lo que claman esas almas vacías, esas que están deseando tener una historia para criticar, para tornar en pesadilla la vida de ese ser que intenta ser noble, el que sin pretender nada más quiere respirar.

Descubrí que la amistad es en casi todos una falacia, un hermoso vestido que oculta otros intereses, y en este momento recuerdo que de todo esto quise tiempo atrás escapar, desaparecer como la bruma en el río esta mañana, pues la mentira que hallé en el mundo es inmensa, y encontrar a alguien realmente auténtico es básicamente un sueño.

Y me cuestiono si yo debería ser más egoísta, mirar tan sólo por mi, pero entonces recapacito, pues me convertiría en aquello que con tanto odio siempre detesté.

Prefiero sin más ser honesto conmigo mismo, aunque tenga que en ocasiones como en la de este día gris tener que sufrir.

Escrito el 02/04/2014.

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