NUESTRO BELLO PECADO

Me convertí en frío hielo,
después de la pasada noche en tu lecho,
en la cual nuestros cuerpos se tornaron en lascivo fuego,
habiendo ante la luna y ante Dios un bello pecado hecho.

Puesto que tus dulces labios abrasaron,
este corazón que se hallaba dormido,
y mis pensamientos olvidaron,
todo su dolor al bailar ambos en tu nido.

El recuerdo de un lejano amor,
que jamás prendió conmigo,
se perdió entre las sacudidas de pasión,
las halladas estando contigo.

Ya que escalo tu desnudo cuerpo,
estudiando cada recodo,
y te siento en un instante bien dentro,
reprimiendo por esta vida todo mi odio.

Somos como dos bestias salvajes,
destrozando a arañazos la cama,
quiero emprender junto a ti un viaje,
entregandote por entero mi alma.

Pues deseo andar a tu lado, un trayecto de lujuria,
y pasear unidos de la mano, por caminos de locura,
que no se encuentren exentos de un cierto sentimiento,
pero del todo carente de cualquier tipo de remordimiento.

Y es que me convertí en puro hielo,
después de la pasada noche en tu lecho,
en la que nuestros cuerpos se tornaron en lascivo fuego,
habiendo ante la luna y ante Dios un bello pecado hecho.

Escrito el 07/03/2014.

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