Cada mañana estás ahí,
dando brío a tu violín,
al lado del solitario andén,
brindas al aire tu tristeza en dulces notas,
pidiendo tan sólo lo que te den,
no siendo ello en absoluto para ti.
En casa espera una anciana madre,
que no intuye ni sabe,
lo que por ella hace tu corazón,
y el continuo sacrificio,
que realizas con un empeño y una pasión,
que cada amanecer mi alma abre.
Ya que tu eres el buscado ejemplo,
de la existencia de un amar sincero,
uno del todo altruista,
que quiere sin miramientos,
ofreciendo cada día al turista,
lo que de sus dedos sale más bello.
Todo por esa mujer que te olvida,
y que en su juventud te quiso y dio la vida,
aunque ya de ello no se acuerde,
pues le atacó la enfermedad del Alzheimer,
nublando por completo una mente,
que ahora tu musica cuida.
Y es que cada mañana estás ahí,
dando brío a tu violín,
con un cierto aire de melancolía,
brindas a tu amada madre esas notas,
las que la voluntad a cada cual pedía,
no siendo nunca lo dado para ti.
Escrito el 07/03/2014.