LA DEBILIDAD DE LOS MÁS FUERTES

En vuestra vida se halla una dura y hermosa historia, que merecería ser a los cuatro vientos eternamente proclamada, pues en ella se encuentra la aventura, el valor y la lucha, que sería la envidia de cualquier emocionante novela.

En ella un final feliz seguro nos aguarda, nuestra aparente debilidad es lo que nos hace más fuertes, porque esta existencia nos puso alguna barrera, y nuestro deber es romperlas sin sentir ningún odio y sin aposentar ninguna honda pena, ya que todos nos vamos superando, Ana, Gabriel y Damián son mi ejemplo permanente, no sólo por mí es la lucha emprendida, también en ella os encontráis vosotros, al igual que mucha otra gente.

A los tres os contemplo siempre con alegría, tenemos la impresionante suerte de  poseer la ayuda de nuestros padres, debéis tener claro que ese es el mejor regalo posible,  no  todos los humanos hallan ese amor que en nuestra familia con el tiempo crece.

Ana, nunca pierdas tu inocencia, y crece fuerte y valiente, persevera con tu conciencia, y mantente activa, pues contenta deseo verte.

Gabriel, tu eres el más sociable y cariñoso, el que tiene el corazón más débil y noble, espero encontrarte pronto para poder darte un abrazo de oso, quiero que no cambies nunca y que te mantengas tan sano como un alto roble.

Damián, tu eres el más dulce de todos mis primos, tus fotografías ten seguro que llegarán a ser un arte, porque hacer lo que te gusta es de sabiduría un signo, pues sin necesidad perder en otras cosas el tiempo es un disparate.

Los tres sois valientes, y la familia al completo sé que os quiere, no desfallezcáis jamás ante la vida, y claudicar únicamente en la vejez, cuando como a todos en algún lejano día os llegue la muerte.

Vuestra sincera sonrisa fue y será para mi un ejemplo, tener en cuenta que valéis mucho más de lo que a lo mejor parte de la sociedad tiene en mente, luchar por haceros un hueco en el camino, porque nadie es más que vosotros, debéis tenerlo  en cuenta perennemente. Y creo que sabéis que no son meras palabras, os hablo desde mi propia y a veces difícil experiencia, no dejéis que nadie nunca os subestime, y si lo hicieran guardar con prudencia mucha paciencia. Sabed que vuestra esencia es tan grande y tan bella, que sólo un espíritu ciego no sabrá apreciar la capacidad que se halla en ella. Y por último os pido y os repito que no desfallezcáis nunca, y si sentís angustia sacarla hacia fuera, mi oído se mantendrá a la escucha, y mi persona os ayudará en lo que con humildad pueda.

Pensar que la vida merece la pena ser vivida, aunque a veces os topéis de bruces con el señor sufrimiento, un nuevo amanecer habrá cada día, y el aprovecharlo lo mejor que sepamos debe ser lo que llevemos por lema.

Escrito el 23/02/2014.

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