VIRGINIA

A mi como a ti me pesa la vida.

Observo al alba correr el agua por el río que cruza mi pueblo, y no puedo evitar pensar en ti.

En tu obra dejaste retazos de tu dolor, de lo que pudo ser, y yo reconozco, no sin cierta tristeza, que en la mía nunca se hallará tanta belleza como en tus Olas, que dejaron en mi pecho una espuma indeleble, que mis personajes jamás serán como esa dama, la señora Dalloway, que campa a sus anchas por mi memoria.

Siento tristeza porque mi existencia se la llevará el olvido, a diferencia de la tuya, que permanecerá perenne.

Hoy paseo por unos jardines ajenos, me acaricia un sol que no calienta mis huesos, veo golondrinas danzar entre los árboles, y siento nostalgia por una felicidad que se escapó de mi alma para siempre.

Porque todo en mi ahora es sufrimiento, sentarme en una silla y ver pasar las horas, unas horas que se hacen interminables, bajo un cielo que mi culpabilidad no perdona.

Cuatro paredes son las que encierran mis libros, son las que ocultan mis escritos. Cuatro paredes son el aposento de mi personaje, que es un autor que intenta juntar palabras con cierto arte, sin poder conseguirlo la mayoría de las veces.

Mas en ocasiones como hoy, salgo a respirar al aire libre, y camino hacia la ribera al son de unas campanas, y al sonido de la nueva mañana, quiero encontrar el valor para unirme a tu fantasma.

Y es que a mi como a ti me pesa la vida, y a veces deseo que un caudal me guíe hacia el mar, para juntar tu destino y el mío eternamente, para poder hallar al fin en otro mundo la paz.

Escrito el 10/12/2013.

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