La música es tu elegido arte.
Cuyo trabajo practicas casi sin descanso.
Tu piano con su melodía decidió amarte.
Y el oficio en tus manos volviose manso.
En mi melancólica adolescencia emprendiste la huida,
de la paterna cárcel en la que con dificultad respirabas.
Empezando con tu fiel acompañante una nueva vida,
hallando la felicidad a la que siempre aspirabas.
Lejos de la interesada creencia cristiana,
que nos fue inculcada en la inocente juventud.
Siguiendo yo los pasos de esta bella hermana,
que querré hasta impedírmelo la tardía senectud.
Porque ella es…
El espejo dónde reflejarme.
Mi orgullo en ésta existencia.
La confidente con quien desquitarme.
Nuestra pena cuando acontece una larga ausencia.
Esta persona amada,
de sonrisa sincera.
Poseedora de una virtud alada,
y un alma de libertad eterna.
Esta es mi hermana Laura,
que aquí con afecto es mencionada.
Escrito el 10/08/2013.
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