De dogmas y aranceles.
De un existir melancólico.
De un amor en papeles.
De lo Divino y lo Diabólico.
De una vida yerta,
por oscuros sentimientos.
De estar ante todo alerta,
produciendo molestos pensamientos.
De evitar ser profundamente herido.
Del inevitable dolor que esto conlleva.
De despreciar ser querido.
De intentar poner ninguna prueba.
Pues la eterna libertad.
Y un espíritu siempre alegre.
La apreciada honestidad,
y una mente rebelde.
Es lo que se halla,
en el mundo diletante.
De mi desgastada alma,
que abandonó el ser distante.
De cualquier persona ajena,
que en conocerme se interesa.
Yo olvido así mi pena,
pues sin pretenderlo mi corazón besa.
Escrito el 14/08/2013.
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