En el suelo te contemplo,
sentimiento manipulado,
caminante curtido en exceso,
inocente a pesar del cansancio.
Nunca es amable tu historia,
¿no te das cuenta?
la derrota es una rémora
que jamás suelta,
se adhiere de por vida,
y si perturba la inquietud
en verdad poco importa.
La respuesta diré que es
siempre la misma,
el alba,
el alba traerá esperanza.
Aunque en este atardecer
todo esté entre tinieblas,
y tristeza provoquen mis palabras.
Sé quizá mejor que nadie
que el eco del dolor proviene de lejos,
y que a su paso todo,
absolutamente todo
lo destroza.
Mi padre una vez me dijo,
de las pocas veces que hablaba,
que el tiempo es un amigo sabio.
Mas yo aprendí por mi cuenta,
que es preferible trabajar el olvido
que esperar a no sentir
lo que ahora tanto daña.
Por ello
en mí no hay descanso,
libros, escritos,
ordenar lo que ya estaba ordenado.
No hay excusa que no sea válida
si con ella encuentra
paz mi alma.
Pues en mi deseo
no hallo ningún latir frustrado.
Sin embargo,
debo reconocer
que en ocasiones no lo consigo,
perseveraré,
pues qué le voy a hacer si soy humano.
ESCRITO EL 26/08/2017