El recuerdo más feliz,
la juventud de mamá,
los empachos
a pan y leche caliente,
aquel nunca te abandono,
y las sonrisas de gente ajena al pasear.
Una senda que estoy perdiendo,
un refugio que dejo atrás….
y en mis zapatos ya no hay
ningún regalo de gorrinos,
ni hoy están a mi lado
los que en mi pecho y en mi mente
siempre están.
La nostalgia más profunda,
un barco a la deriva,
y algo en lo que puedo sumergirme,
sobre todo cuando la oscuridad de mis noches
me hacen temblar de frío,
o cuando la tempestad jalea a mis miedos
para que rompan lo que es ya de por sí
una alma quebradiza.
La niñez es
mi recuerdo más feliz,
la juventud de papá,
y aquel nunca te abandono.
Hoy me desperté siendo un adulto,
aunque reconozco
que al abrir mis ojos e ir a ver mis regalos
desearía más que nunca encontrar algún gorrino
entre mis zapatos.
(A MI FELIZ NIÑEZ EN LA QUE FUERON FUNDAMENTALES MIS PADRES)
ESCRITO EL 06/01/2016