Hoy anhelaba regalarte algo hermoso,
mas no puedo bajarte la luna,
tampoco atraparé para ti la luz de ninguna estrella,
ni comeremos caviar, angulas o lamprea.
No descorcharemos vinos caros,
ni lucirás vestidos de satén,
no nos esperará a la puerta una carroza,
no tendrás ni corona ni sirvienta,
pero a tu lado yo por siempre estaré.
Nunca te traeré un diamante,
puesto que tu ya muestras dos en tus ojos,
nuestros viajes no serán en el mejor camarote,
pero contemplaremos juntos el caer de cada ocaso.
Y al lecho que por la noche compartimos,
jamás le cubrirá la suavidad de la seda,
mas en él al terminar el día,
encontrarás mi pasión si la esperas.
Hoy anhelaba regalarte algo hermoso,
y busqué por los más remotos lugares,
desde boutiques de lujo,
hasta en los suburbios en los que pocos atreven a asomarse,
y desolado me dije….
Qué regalar a lo que es en sí la cosa más bella….
Pensé entonces en lo mejor que atesoro,
y a ti te lo entrego,
reina de este corazón que suspira,
tú que eres para mi
más valiosa que cualquier cantidad de oro o de moneda.
Por ello te doy este latir de mi pecho,
y los sueños que tengo contigo,
este amor eterno que por ti siento,
y el calor de nuestro hogar
que a la espera de nuestro reencuentro mantengo.
También te entrego la felicidad
que tan solo junto a ti encontré,
todo aquello que soy y poseo,
mi lucha y mi risa,
mi locura y mi obra,
esta canción que ahora compongo,
y lo único que tiene mi ser de valor…
mis sentimientos hacia ti,
y la vida que gracias a que estas conmigo descubrí.
( A Marisa Belarmino en su cumpleaños)
ESCRITO EL 17/08/2015