Después de atravesar seis gélidos inviernos
sin apenas vacilar,
de realizar en ellos un esfuerzo continuo,
comienzas a sentir el triunfo y su bondad,
pues es un paso menos que dar,
es en tu vocación el fin del principio.
Mas reconozco que en mi interior
crece por momentos una nostalgia prematura,
y una cierta melancolía me invade,
pues no recibiré tus bromas por la mañana,
ni me enfadaré gracias a nuestras absurdas discusiones.
Por eso y por mucho más
es por lo que me apena ver como partes,
pero me alegra más que cumplas tu sueño,
jamás vuelvas,
pues soy feliz al comprobar cómo tus alas surcan el cielo.
Te pido que como hace la gaviota cuando observa su mar,
tú continúes soñando,
sé desde hoy la lechuza que enseñe a caminar,
y esa paloma que con su laurel en el pico
muestra el mensaje de las palabras de Cristo,
sé abogado y custodio de la paz….
Mas con Yai sé por siempre la golondrina que ama y que se deja amar,
crea una familia y acurrúcala en el interior de tu alma,
mas ante el furor compórtate con calma,
mantén vivo el fuego en tu hogar.
Yo confío en que recuerdes según tú a este mal escritor,
al menos cada vez que laves tu ropa,
pues él supo que tarde o temprano lo lograrías,
y ahora sonriendo alza por ti su copa.
Confieso sin más que me siento emocionado al escribir este texto,
no es para decirte ni mucho menos adiós,
sino para que sepas que al menos en algo te aprecio….
En este momento con total sinceridad te deseo lo mejor,
rezo por ti esta noche a nuestro Dios,
pues Él hizo posible que te cruzaras conmigo,
por eso le estoy y te estoy agradecido.
Aquí estaré,
observaré desde mi cueva lo que te ha marcado el destino,
solo me queda decirte
vuela alto maestro,
nunca dudes de que aquí tienes un amigo.
A CARLOS MARTINEZ GOMEZ
CON MIS MEJORES DESEOS EN SU NUEVA ANDADURA.
UN FUERTE ABRAZO AMIGO,
GRACIAS POR SIEMPRE MAESTRO.
Escrito el 03/02/2016